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Entonces Jarboná, otro de los hombres de confianza del rey, dijo:

―Su Majestad, Amán ordenó construir, en el patio de su casa, una horca de veintidós metros y medio de alto para colgar a Mardoqueo, el hombre que salvó al rey de ser asesinado.

―¡Cuelguen a Amán en ella! —ordenó el rey.

10 Así que colgaron a Amán en la misma horca que había preparado para Mardoqueo, y así se apaciguó la ira del rey.

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